4 de septiembre de 2017

Una caja de sorpresas llamada Paris

Alguien que vivió en Paris por cuatro años me dijo que no le dio el tiempo para visitar todo lo que la ciudad tenía para ofrecer. Se había propuesto ver cuatro o cinco cosas por semana y aún así no fue suficiente. Parques, museos, exposiciones transitorias, teatro, ópera, etc, etc, etc,... Eso es exactamente lo lindo de ir a Paris, que mantiene su esencia pero está en constante cambio, y siempre hay algo nuevo para ver.





Con mi marido vivimos un mes ahí, aparte de haber ido como 6 veces más, y siempre hay algo que no conocemos. Esta vuelta nuestra visita fue express, pero tuvimos tiempo de ir a conocer el Jardin des Plantes, un jardín botánico y zoológico que se encuentran en el parque del Museo Nacional de Historia Natural. Estaba lleno de niños y familias disfrutando los últimos días del verano (hoy empiezan las clases), turistas, y bastante gente haciendo deporte. Este lugar es una especie de oasis verde dentro de una ciudad muy ruidosa, que ofrece la posibilidad de relajarse con el sonido de pajaritos cantando y los pies en el pasto.





 





Mi recomendación cuando viajan es caminar y caminar recorriendo los barrios, perdiéndose en callecitas, saliendo del circuito turístico clásico. Obviamente si vas a Paris vas a querer sacarte la foto enfrente a Notre-Dame, ok, pero perder tres horas en una cola para subir al campanario? Si querés hacer cosas "turísticas" es mejor ir 10 minutos antes de que abran para no tener espera. Viajar es mucho más que hacer "check" en una lista de cosas para ver. Creo que hay que ser más viajero y menos turista, lo dice alguien que siempre tiene la cámara colgada al cuello. 




Al caminar por una ciudad, vayan observando las pequeñas situaciones que se les presentan: niños jugando, señoras charlando, el artista pintando... Son millones las oportunidades que se nos presentan para conocer el día a día de quienes viven ahí.




Mi gran descubrimiento fue una esquinita de L'Île Saint-Louis desde la que se tiene una perspectiva re linda de Notre-Dame sobre el Sena, y la Tour Eiffel muy al fondo. Esta es una de las dos islas que hay dentro de Paris, y la otra es Île de la Cité, donde se encuentra la catedral y se la considera el antiguo centro de la ciudad.




Una parte re divertida de nuestro recorrido fue meternos en el Quartier Latin, en su barullo y vida. A toda hora hay gente tocando música en alguna esquina, y guau qué artistas! Es una zona muy rica en diversidad gastronómica, en estilos, y nacionalidades. En una misma cuadra visité la Maison Georges Larnicol, una confitería-chocolatería espectacular, y a continuación la Pâtisserie Sud Tunisien, una pastelería que se especializa en productos tunecinos.


















Lo único que me molesta un poco de esta zona es el abordaje constante por parte de los anfitriones de restaurantes para mostrarte la carta, hacerte entrar, pero supongo que la competencia entre ellos es feroz. Generalmente prefiero evitar comer acá porque lo veo todo muy "menú turístico", pero bueno, viajar también se trata de relajarse y disfrutar.




Nuestro corto pasaje por Paris no hubiese sido completo sin una caminata nocturna. Es impresionante como iluminan los edificios, como se ven las luces reflejadas por el Sena... Muy romántico!








Nosotros ahora nos tomamos el tren al sur... À bientôt Paris!!

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